miércoles, 20 de enero de 2016

Pesque Isle

Pensabas que no lo sabíamos. Pero una vez lo supimos ... los niños saben esas cosas.
No te vuelvas ahora ... habitamos una mentira para apaciguarte.
Recuerdo un rayo de luz en la temprana primavera, terraplenes enredados en el obscuro arrayán ... me recuerdo tendida en un bosque, tocando el cuerpo de mi enamorado.
No te vuelvas ahora ... negamos la memoria para consolarte.
A semejanza tuya cantamos los términos de nuestro castigo.
Algo recuerdo ... no todo ... el engaño empieza como olvido.
Recuerdo pequeñas cosas ... flores creciendo bajo el espino, las campanas de la escila silvestre.
No todo, sólo lo necesario para saber que existes ... ¿quién más tendría razones para crear recelo entre amante y amada sino aquel que obtuvo provecho, aquel a quien volvíamos en soledad?
¿Quién más envidiaría el lazo que entonces nos unía como para decirnos que no era la tierra lo que estábamos perdiendo ... sino el cielo?

1 comentario:

  1. Descubriste siendo muy niña demasiadas cosas; estoy convencida que no tuviste infancia y ahora vagas por ese cielo que gobierna mi Dios ... solo deseo que no te siga angustiando la locura de Gladys y su madre.

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