jueves, 28 de mayo de 2015

El baile de la luna y el rocío

¡Oh, Soledad, si tengo que convivir contigo que no sea en la maraña de oscuros edificios!
Asciende la ladera conmigo, desde donde esta cuenca ... sus pendientes floridas ... sus aguas cristalinas que ocupan sólo un palmo, y velar contigo bajo un dosel de ramas ... donde el brinco del ciervo asusta a las abejas sobre las dedaleras.
Pero aunque seguiremos con gozo estas escenas ... el placer de mi alma es el dulce diálogo con una mente pura, cuyas palabras muestran ideas delicadas. Seguro que esto es casi la dicha más auténtica del espíritu humano ... cuando a tus madrigueras van dos almas gemelas.
Si fuera un hombre apuesto mis suspiros tendrían su eco en esas conchas de marfil, tus oídos, y hallarian tu amable corazón: de esta forma la pasión me armaría en mi empeño. Pero no soy un caballero que mata a su enemigo ... en mi pecho orgulloso no brilla la coraza ... ni soy feliz pastor del valle cuyos labios temblaran ante alguna mirada de doncella.
Pero tengo que amarte y llamarte dulce, más dulce que la miel de las rosas de Haifa cuando están impregnadas de un rocío embriagante. Probaré ese rocío, porque me favorece y, cuando la luna muestre su rostro nacilento ... cogeré algunas gotas con conjuros y hechizos.
Este tierno relato es como una arboleda: los versos se entrelazan, lozanos y melosos, para que el que los lea halle un lugar tan dulce, que en cualquier recoveco se detenga inspirado y sienta algunas veces las gotas de rocío caer sobre su rostro ... repentinas y frescas.
¡Ah, cuánta fuerza tiene la sencillez más pura!

miércoles, 13 de mayo de 2015

La magia en una pintura

En tus ojos me veo, y ... compadezco mi ardiente retrato de tu mirada.
Ese dibujo, anegado en transparente lágrima, veo al bajar la vista.
Si poseyeras el avieso ingenio de matar con láminas hechas y malogradas ... ¿cuántos modos tendrías de ejecutar tus ansias?
Mas tus lágrimas dulces y amargas he sorbido, y ... me alejo de ti si viertes otras.
Borrado mi retrato, se desvanece el miedo al daño que pudieras hacerme con tu arte.
Aunque de mí conserves una pintura más ... esa ... en tu mismo corazón encerrada, no ocultará malicia.

viernes, 1 de mayo de 2015

Herida ... destierro

Lo peor es creer que se tiene razón por haberla tenido o esperar que la historia devane los relojes y nos devuelva intactos al tiempo en que quisiéramos que todo comenzase.
Pues ni antes ni después existe ese comienzo y el presente es su negación y tú su fruto ... hermano  consumido en habitar tu sombra.
Lo peor es no ver que la nostalgia es señal del engaño o que este otoño la misma sangre que tuvimos canta más cierta en otros labios.
Y peor es aún ascender como un globo ... quedarse a medio cielo ... deshincharse despacio ... caer en los tejados de espaldas a la plaza, no volver al gran día.
La gloria de aquel acto era toda futura.
Pero tú olvidas cuanto pusiste en él, mientras los muertos brotando están a flor de tierra ahora para hacer con sus manos la casa ... el pan y ... la mañana nuestra.
Y tú en tu otoño de recordatorios, en tu rosario quieto, igual que un héroe de metal fundido, famoso en pocos metros a la redonda, ilustre en ignorancia de la hora inmediata y ... casi sordo de tristeza.
Pienso si no supiste combatir ... si no te defendiste por donde más te herían o ... acaso ignorabas que el destierro es a veces más cruel que la muerte.
Sobremueres.
Te han vendido a ti mismo ... a tu perfil lejano entre metralla y cantos o te has dejado herir con un solo disparo de luz petrificada ... en la boca del alma.