Igual que un hombre y una mujer construyen entre ambos un jardín como un lecho de estrellas, se demoran ellos en la tarde de estío, aquí, y la llenan de frío con su terror ... todo podría terminar pues todo tiende a la devastación.
Todo, todo puede perderse, a través del aire perfumado donde inútiles columnas se levantan y más allá se agita un mar de amapolas.
Calla, amor mío.
No me importa cuántos veranos tenga que vivir para volver ... este verano hemos entrado en la eternidad.
Siento tus dos manos enterrarme para liberar su esplendor.
Todo, todo puede perderse, a través del aire perfumado donde inútiles columnas se levantan y más allá se agita un mar de amapolas.
Calla, amor mío.
No me importa cuántos veranos tenga que vivir para volver ... este verano hemos entrado en la eternidad.
Siento tus dos manos enterrarme para liberar su esplendor.