martes, 26 de junio de 2012

In Memoriam

Ya no llevaba su guerrera escarlata, porque la sangre y el vino son rojos, y sangre y vino había sobre sus manos cuando le encontraron con la muerta. La pobre mujer muerta que él amaba y a quien había matado en su lecho.
Caminaba entre los reclusos, con un traje gris andrajoso y descolorido y una gorrilla en la cabeza. Alegre y ligero parecía su paso; pero no he visto nunca a un hombre mirar tan ávidamente la luz del día.
No he visto nunca a un hombre contemplar con mirada tan anhelante ese toldito azul que los reclusos llaman cielo y cada nube que bogaba y cruzaba con su velamen de plata. Paseaba yo, con otras almas en pena dentro de otro recinto, preguntándome si el delito cometido por aquel hombre sería grande o pequeño, cuando una voz me susurró quedadamente: "Ese compañero será ahorcado"
¡Amado Cristo!. Los mismos muros de la cárcel parecieron temblar de repente y el cielo sobre mi cabeza se convirtió en un casco de acero candente; y aunque yo también era un alma en pena, mi pena no podía sentirla.
 Supe tan sólo qué pensamiento opresor apresuraba su paso y por qué miraba la cegadora claridad del día con aquella mirada tan anhelante: aquel hombre había matado lo que amaba y por eso debía morir.
Y, sin embargo, cada hombre mata lo que ama, sépanlo todos; unos lo hacen con una mirada de odio; otros, con palabras cariociosas; el cobarde, con un beso; ¡el hombre valiente, con una espada!
Unos matan su amor cuando son jóvenes, otros cuando son viejos; algunos lo estrangulan con las manos del Deseo; otros con las del Oro; los mejores utilizan un cuchillo, porque de ese modo los muertos se enfrían en seguida.
Aman, unos muy breve tiempo, y otros, demasiado; venden unos el amor y otros lo compran; unos cometen su crimen anegados en llanto y otros sin un suspiro; porque cada uno de nosotros mata lo que ama, y, sin embargo, no todos han de morir por ello.

Carlos T. Wooldridge
Antiguo soldado de la Guardia Real de Caballería
Murió en la cárcel de S.M., Reading (Berkshire), el 7 de Julio de 1896


BALADA DE LA CARCEL DE READING
Oscar Wilde preso C.3.3