sábado, 15 de marzo de 2014

La noche huye ... y muere el tango

Fueron pareja de baile hasta que ... abandonándole ... ella comenzó a bailar con otros.
Él la quería y, cuando trato de escaparse, agarrándola bien ... la arrastró de la mesa hasta el baile.
Sujetándola del talle se acercó apretando su cuerpo ... hasta la muerte.
Él permaneció vivo y, al recuperarse, fue detenido por esa danza prohibida.
Ambos eran conocidos por dominar con soltura cada paso al bailar.
La prensa encontró el caso ciertamente interesante, picante, charmante y elegante.
Ahora que llega la temporada alta a los salones, la crème va a tener que prescindir de sus mejores bailarines.
En este tono se escribe sobre el asunto, sin concebir que un bailarín pueda ser un asesino.
Ella murió en el baile, pero él rebosa vitalidad.
Suficiente descansó mientras el mundo giraba ... sin detener su antigua danza, y, entretanto ... un nuevo tango inventaba.
¿Dónde está su pareja?. Va a hacer ya casi un año que cayó, y aquí yace enterrada.
La noche huye ...
Se hace de día, un día que no cesa.
Muchas horas le quedan por delante ... mas ninguna despierta la vida, ninguna se amedrenta ante el pecado ... ninguna exhorta o se lamenta, ninguna entona sordo su vivos voco, ninguna campana llora su mortuoso plango.
La vida murió ...
Los asesinos bailan tango.

sábado, 8 de marzo de 2014

Una simple confesión

Cuando te hice daño, aunque no lo sabía ... me acerqué más a ti.
Cuando peleé contigo, para que me derrotaras ... te acaté al fin, como dueño.
Cuando te robé en secreto ... solo conseguí hacer una carga de mi robo.
Cuando, orgullosa, luché contra tu corriente ... fue sólo para sentir tu fortaleza en mi pecho.
Cuando apagué, en rebeldía, la luz de mi casa ... tu cielo me sorprendió con sus estrellas.
¿Has venido a mí, hecho mi pena? ... ¡Pues más he de apretarme a ti!
Pues tu cara está cubierta de oscuridad ... mas he de verte.
Salte mi vida, en una llama, al golpe mortífero de tu mano.
Que las lágrimas que salen de mis ojos, corran alrededor de tus pies, adorándote ...
... y el martirio de mi pecho, ¡que me diga que aún eres mío!

domingo, 2 de marzo de 2014

American Tune

Observa cómo ha contado las venas azules en mi pecho. Además hay diez pecas.
Ahora va a la izquierda; ahora a la derecha.
Está construyendo una ciudad, una ciudad de carne.
Pero ... empieza de nuevo.
Ahora él me construye.
Con la gloria de los tablones me ha construido.
Con la maravilla del hormigón me ha moldeado.
Me ha puesto seiscientas señales callejeras.
Cuando yo bailaba construyó un museo.
Construyó diez manzanas mientras me movía sobre la cama.
Construyó un paso elevado cuando me marché.
Le di flores y construyó un aeropuerto.
A modo de semáforos repartió rojas y verdes piruletas.
Aunque en mi corazón soy Go Children Slow ...