miércoles, 28 de diciembre de 2016

Inmarcesible

A aquellos que del  fondo de su pecho me amaron, ama mi corazón reconocido.
Profunda gratitud para cuantos pasaron junto a esta prisión mía y escucharon atentos mi música más fuerte, antes de que siguieran el habitual camino y ... dejaran de oírme.
Mas, tú que dejaste a tu pie el instrumento de tu arte inmarcesible para escuchar los cantos que en medio de mis lágrimas, en medio de suspiros, exhalaba mi voz  ... debilitada y triste
¡Enséñame vocablos para darte las gracias!
... para expresar de lleno mi alma en el futuro.
Que sean su voz y salude desde esta, mi vida pasajera, al amor que no muere.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Soy un silencio recompuesto de pequeñas vidas anteriores

¡Adiós! Y si es para siempre,
aún para siempre, adiós:
aunque sin saber perdonar, nunca
contra ti se sublevará mi corazón.
Si ese pecho ante ti quedase desnudo,
donde tu cabeza tan frecuentemente descansó.
Mientras ese plácido sueño te invadía
que nunca puedas volver a conocerlo.
Aunque el mundo por ello te ensalce,
aunque se muestre a favor del golpe,
hasta sus alabanzas deberían ofenderte,
al fundarse en el dolor de otro:
Aunque mis muchas faltas me desfigurasen,
¿no hallaría otro brazo,
que el que una vez me abrazara,
para que me infligiera herida incurable?
Pero, no te engañes;
el amor puede hundirse en lento decaer,
pero por súbita sacudida, no creas
que los corazones así podrían desagajarse:
Así y todo el tuyo su vida retiene;
así y todo debe el mío, aunque sangrando, latir;
y el pensamiento imperecedero que duele
es que no volvamos a encontrarnos.
A lo mejor conoces todas mis faltas,
pero de mi locura nada conocerás;
todas mis esperanzas, adonde vayas,
marchitas, sin embargo, contigo van.
Todo sentimiento se ha desalentado:
el orgullo, que ni un mundo podría doblegar,
ante ti se doblega, por ti abandonada;
hasta mi alma ya me abandona:
¡Adiós! ... así desunidos,
desgajados de cualquier lazo más cercano,
seco el corazón, sola y agostada,
más que esto ... apenas si puedo morir.

jueves, 15 de diciembre de 2016

El gesto de la muerte (relato tradicional sufí)

Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y la Muerte le hizo un gesto.
Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.
Amo -le dijo-, dame el caballo más veloz de la casa. Quiero partir hacia la ciudad de Samarra. Esta noche quiero estar lejos de Bagdad.
Pero, ¿por qué quieres huir? -le preguntó el mercader.
Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto amenazante.
El mercader se compadeció de él y le dio el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Samarra.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?
¿Un gesto de amenaza? -contestó la muerte-. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo en el mercado Bagdad por la mañana, cuando tengo una cita con él por la noche… en Samarra.

martes, 13 de diciembre de 2016

Terciopelo rojo ... azúcar dulce

Robaré la mansedumbre a tu álter ego
e instalada en su rodal
podremos pervertirnos en pulmonar lazo ...
conforme se crucen nuestras panorámicas.
No me digas no ... no digas nada,
y déjame adentrarme en tu chaleco
por esos bolsillos donde la distinción
se para aburrida ... o en sobresalto.
De seguido daremos lo mejor de nuestro afecto
arrasando el descrédito que por humano
envilece y deroga a los hipócritas.
Usaremos en instintiva factoría
exacta aguja, para en la misma fiebre.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Libre albedrio o como percibo la Biblia

Como la levadura y su fermento
eleva la materia, y así es ya útil
el condimento; igual que la semilla
en el surco prepara las futuras almendras,
antiguo camarada de los días brillantes
y de las noches en soledad,
viejo como un ajado cuero,
novísimo cuando el miedo te acerca a mi lámpara,
quisiera llamarte, Señor,
con la misma voz del tullido
o con la salmodia del ciego
a la puerta de los mercados de arena.
Era por Tiberíades
donde dormí la dulce cercanía,
sabiéndote varado como una red que el agua
llena de peces.
En el suelo quedaba,
flotante majestad de las sandalias,
de tu barba perlada por una sal marina,
la vida tan segura.
Y así el justo salario repartido,
de la hogaza de pan, saciada el hambre
y fue limpio el reposo,
extendido letargo del obrero,
luego que la jornada de labor
amedrenta los ojos.
Como si con la de salváramos la tierra,
solamente,
tuvimos el derecho de temblar,
aunque un instante sólo,
el necesario para mojar la frente,
fuera en las almas
aquel de los relámpagos,
y de la mar partida por los vientos que no te conocían.
Camarada del éxtasis,
deja que explique ahora,
cuando tan sólo eres una remota llaga
de la crucifixión,
que no fuimos avena de tu pan en las aguas,
firme harina imbatida,
más bien huérfanas migas de esta sucia corteza
que tu mano bendijo camino de Betania.
 

lunes, 5 de diciembre de 2016

En vez de los destierros invocas a la Virgen

Infinitamente varia eres en el mundo exuberante, Señora de la Múltiple Magnificencia.
Tu senda está regada de luces
Tu contacto estremece en un brotar de flores
La cola de tu vestido gira en remolinos de danza entre las estrellas, y  de incontables tonos tiene ecos ... en mundos innumerables de señales y colores.
Única y sola en la insondable quietud del alma eres ... Señora del Silencio y de la Soledad.
Visión estremecida de luz ... loto solitario abierto en el tallo del Amor.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Como ser oveja y no morir en el intento

Quien a redil somete, a hierro espere.
¿Dónde desala la mar su maremágnun?
En el redil, pezuñas clavan tierra...
en la alcoba nupcial del hormiguero.
Este derrumbe sucedió al legado
de quien a hierro espere
... herrumbre sueña.
Llegó un alado porvenir.
Entonces,
pensó que sólo muerte disemina
quien túmulos hereda.
Y tejió reposteros funerarios
... con los hilos de olor de la albahaca.