Sentí como un entierro en mi cabeza, y los que acompañaban al difunto no dejaban de andar ... hasta que al fin pareció comprenderse lo que hacían.
Una vez ya sentados, el oficio empezó a redoblar como un tambor, y siguió redoblando hasta dejarme la mente entorpecida.
Luego oí cómo alzaban una caja, y ... mi alma resonó con los crujidos de sus botas de plomo una vez más.
Después se hizo tañido todo el aire.
Se convirtió en campana todo el cielo y el ser ya no fue nada más que oreja, ... y el silencio y yo fuimos solamente raros mundos deshechos, solitarios.
Se le rompió una tabla a la Razón y cada vez caía más y más, di contra un universo al desplomarme
... y entonces acabé por entender.
Una vez ya sentados, el oficio empezó a redoblar como un tambor, y siguió redoblando hasta dejarme la mente entorpecida.
Luego oí cómo alzaban una caja, y ... mi alma resonó con los crujidos de sus botas de plomo una vez más.
Después se hizo tañido todo el aire.
Se convirtió en campana todo el cielo y el ser ya no fue nada más que oreja, ... y el silencio y yo fuimos solamente raros mundos deshechos, solitarios.
Se le rompió una tabla a la Razón y cada vez caía más y más, di contra un universo al desplomarme
... y entonces acabé por entender.