lunes, 17 de junio de 2019

Evolución de los sonidos

Me fui al cielo, ciudad que encontré muy pequeña;
la alumbraba un rubí,
el plumón la acolchaba.
Más tranquila que el campo que ha empapado el rocío,
bella como una imagen no pintada por hombres.
Gente como falenas con el cuerpo de encajes,
las tareas de gasa y los nombres de eíderes.
Casi ya satisfecha
me podría sentir
en una compañía
singlar en su género.

viernes, 14 de junio de 2019

Cuando me quedo sola

¡Vas a él, feliz carta!
Dile, dile la página que yo no he escrito.
Dile que lo único que he puesto es la sintaxis, que el verbo y el pronombre no son míos.
Dile cómo los dedos eran ágiles, luego torpones, lentos, lentos, lentos.
Que en el papel quisieras tener ojos para ver con qué impulso cobró vida.
Dile que el escritor no era muy hábil, se ve en lo trabajoso de las frases; el ropaje tiraba, con la fuerza menguada de los niños.
Tanto esfuerzo te daba casi pena.
Dile ... no, ni, es mejor no dar explicaciones, pues se le iba a partir el corazón en caso de saberlo, y tú y yo callaríamos entonces.
Dile que aquella noche vio su fin antes de que acabáramos, y que el viejo reloj decía en sus relinchos: ¡ya es de día!.
Que te vencía el sueño y suplicabas que te terminase.
¿Qué mal hay en decirle todo eso?.
Dile con qué cuidado te cerró, pero si te pregunta en qué lugar te encuentras escondida hasta mañana, carta feliz, haz un mohín coqueto y
... niega sacudiendo la cabeza.

lunes, 10 de junio de 2019

Poeta independiente

Este polvo dormido fue caballeros, damas, muchachos y muchachas, fue risas y suspiros ... ligereza y ropajes y bucles.
Este quieto lugar fue una movida casa de verano donde abejas y flores realizaban su gira por Oriente, para luego esfumarse,
... como todo.
La muerte viene a ser como la vida para aquellos que sólo hasta el instante de morir no empezaron a estar vivos;
los que de haber vivido hubieran muerto, y que resucitaron al morir.



lunes, 3 de junio de 2019

Cualquier tarde

El más triste rumor y el que es más dulce,
el más enloquecido cuando crece,
es en la primavera el de los pájaros cuando muere magnífica la noche.
Lo que separa a marzo de abril ... una frontera mágica ... más allá de la cual duda el verano, tan cerca de los goces celestiales.
Entonces recordamos a los muertos que por ahí anduvieron con nosotros, y que el encantamiento de la ausencia nos hace cruelmente más queridos.
Pensamos en aquello que se tuvo y que se echa de menos ... ojalá esas gargantas de sirena se alejaran y no cantasen más.
Lo que se oye destroza el corazón lo mismo que la herida de una lanza.
Es peligroso que el oído esté pegado a nuestro mismo corazón ...