Un poco más al este del Jordán, según nos cuentan los evangelistas, un atleta y un ángel lucharon largamente sin descanso.
Hasta apuntar la aurora en las montañas, y viendo que Jacob era tan fuerte, pidió permiso el ángel para hacer la pausa del almuerzo y volver luego ...
Si oigo hablar de una huida la sangre se alborota, y siento la ansiedad de los que se preparan para el vuelo.
Nada sé de las cárceles abiertas por soldados que rompen las paredes, y no obstante sacudo mis barrotes como un niño, y en vano
... como siempre.
Hasta apuntar la aurora en las montañas, y viendo que Jacob era tan fuerte, pidió permiso el ángel para hacer la pausa del almuerzo y volver luego ...
Si oigo hablar de una huida la sangre se alborota, y siento la ansiedad de los que se preparan para el vuelo.
Nada sé de las cárceles abiertas por soldados que rompen las paredes, y no obstante sacudo mis barrotes como un niño, y en vano
... como siempre.