Ésta es la carta que le envío al mundo, aunque nunca me ha escrito; las sencillas noticias que nos cuentan las cosas con cariño y majestad.
Su mensaje se pone en unas manos que nunca podré ver; oh, dulces compatriotas, en su nombre sed benignos conmigo si juzgáis.
Te doy los buenos días, medianoche.
Estoy volviendo a casa.
El día se ha cansado ya de mí. ¿Puedo cansarme de él?.
Bajo la luz del sol se estaba bien ... me gusta el lugar.
Pero me ha rechazado la mañana, por eso digo al día buenas noches.
¿Puedo acaso mirar cuando el cielo está rojo por oriente? ...
Me parece que entonces las colinas llevan el corazón allá muy lejos.Tú no eres, medianoche, tan hermosa.
Me quedo con el día.
De esta niña ... ¿no quiere saber nada? ...
Dio la espalda y se fue.
Su mensaje se pone en unas manos que nunca podré ver; oh, dulces compatriotas, en su nombre sed benignos conmigo si juzgáis.
Te doy los buenos días, medianoche.
Estoy volviendo a casa.
El día se ha cansado ya de mí. ¿Puedo cansarme de él?.
Bajo la luz del sol se estaba bien ... me gusta el lugar.
Pero me ha rechazado la mañana, por eso digo al día buenas noches.
¿Puedo acaso mirar cuando el cielo está rojo por oriente? ...
Me parece que entonces las colinas llevan el corazón allá muy lejos.Tú no eres, medianoche, tan hermosa.
Me quedo con el día.
De esta niña ... ¿no quiere saber nada? ...
Dio la espalda y se fue.
... Kid Chissell recuerda especialmente la Navidad de 1947 "Yo había encontrado trabajo como Santa Claus en el restaurante The Tail of the Cock. Cuando salí de trabajar me detuve para ver a Bob y Marilyn. Los encontré sentados en el suelo, rodeados de papel y lazos, envolviendo regalos para los niños del orfanato de Hollywood. Ella había logrado la lista con el nombre de cada niño y había comprado regalos para cada uno de ellos.
ResponderEliminarFuimos al orfanato y me di cuenta que Marilyn lo visitaba con frecuencia, porque conocía a cada niño por su nombre y los niños a ella".