lunes, 22 de febrero de 2021

No tengo memoria

Me gustan las mujeres de provincias que van al café, 
y miran el humo del cigarro, cuando están solas.
Veo sus rostros en el espejo de la memoria,
y limpio el cristal, para verlas mejor.
Descubro los ojos que el tiempo protege,
y las manos sujetando el tablero de la mesa,
como si escapara.
Les pregunto:
¿A quién amáis?
¿Qué secretos guardáis en las carteras?
¿Por qué no lustráis vuestra lágrima escondida?
Las mujeres de provincia son hermosas,
por la tarde,
cuando entran en el café y ... están a solas.
Es la memoria que de ellas tengo.

lunes, 15 de febrero de 2021

Mana para adultos

De pronto un golpe ... aún baten las grandes alas en la aturdida joven.
Sus muslos acarician las obscuras membranas,
su  nuca el pico atrapa,
su inerme pecho contra el pecho él obliga.
¿Cómo podrá, aterrada, librar los flojos muslos de las gloriosas plumas, con dedos imprecisos?
Y, ¿cómo no va el cuerpo a sentir tan extraños latidos?
Un estremecimiento en la entraña allí engendra el muro destrozado,
torre y tejado arden,
siendo así dominada por la sangre salvaje
de aquella imagen de aire. 

viernes, 5 de febrero de 2021

Suave es la noche


Usé la entrada lateral ...
No quería que nadie me viera.
Esto tenía que permanecer en secreto. Solo María lo sabrá alguna vez ...
Me desnudé, me envolví la cintura con una toalla y luego me dirigí a las duchas.
Me sentí aliviado, él era el único que estaba allí ... no quería audiencia.
Hizo lo que le había ordenado: no pronunció una palabra ni hizo contacto visual. Lo seguí al cubículo ... cerré la cortina detrás de nosotros.
Se quitó la toalla.
Era hermoso ... su piel de un marrón dorado profundo, su rostro suave y angelical, casi femenino.
Lo besé.
No tenía intención de hacerlo, pero supongo que esta noche iba a estar llena de sorpresas.
Mis labios se movieron desde su boca hasta su garganta ... cerró los ojos.
Abrí los grifos ... diminutos chorros de agua nos asaltaron. Deslicé mi mano por su suave vientre, luego jugué por unos momentos con sus deliciosos rizos ... y luego con su polla.
Mi corazón se aceleró ... durante tanto tiempo había anticipado este momento. Tenía la polla de otro hombre en mi mano, temblaba de emoción mientras nos masturbábamos, empezó a jadear ... era un sueño hecho realidad para él, el máximo placer ... follar con un hombre heterosexual.
Envolvió sus brazos alrededor de mí, agarró mis caderas ... mientras todo se desarrollaba, tomé notas mentales, recordé cada detalle ... María quería escuchar todo ... la forma en que se sentía tener sus bolas en mi boca, chuparlo con hambre, tragar su semen.
Tuve un orgasmo rápidamente, tan pronto como había penetrado su culo apretado desaté una oleada de mi fluido caliente. Me sentí mareado cuando mi polla húmeda lo empaló ... y eso fue todo.
Nos vestimos y nos fuimos sin decir una palabra entre nosotros.

Texto de William Wright