martes, 23 de diciembre de 2014

El Maestro presenta los Clásicos en la Biblioteca

En la amplia sala, al declinar el día,
dos hombres conversaban quedadamente.
Yo estaba allí, no sé por qué, presente
y escuchando tras una estantería.
Hablaban en latín. Yo no entendía
ni jota. La pareja era infrecuente:
uno joven, y el otro evanescente
en la túnica blanca que vestía.
Alrededor de libros, sabia herencia
de un mundo extraño, nebuloso, incierto.
Y el trastocado tiempo por testigo.
De improviso, advirtieron mi presencia
y, acercándose amable, mi Maestro:
"Aquí el Poeta -dijo-, aquí ... un amigo".

viernes, 19 de diciembre de 2014

Capturar el encuentro

Las cosas ya están en el fondo de la superficie,
tan sólo tienes que nombrarlas con respeto.
Si quieres arriesgarte a ir más allá
podría descubrirse que no te llama enigma alguno.
No envidies a los que devoran todo el sentido,
a los que despertaron, sin compasión, el pensamiento
que aquí duerme con sus ruidosas preguntas
antes de que atravesase corriendo las horas del día.
Cuando lo cotidiano se muestra por vez primera
se ven recompensadas todas tus pesquisas
y lo encontrado se somete a elección.
Sólo permanece lo que descansa olvidado de tu apremio,
así lo distante se hace banal
y lo nuevo próximo ¡y como nunca visto!

miércoles, 10 de diciembre de 2014

La levedad de una gota de rocío

Ved cómo ese rocío cenelleante se vierte desde el seno mañanero sobre las rosas florecidas, y olvidando el lugar en que ahora vive, la luciente región en que nació ha encerrado en su misma redondez ... y en el pequeño espacio de su esfera protege en la medida en que es posible su elemento natal, que era la altura.
Y cómo con desdén apenas roza aquella bella flor hecha de púrpura, y volviendo sus ojos a los cielos brilla con una luz acongojada como su propia lágrima ... debido a nostalgias que inspiran las estrellas.
Inquieta y frágil, siempre temblorosa, con miedo de llegar a hacerse impura, por fin se apiada de ella el sol ardiente, que pronto la evapora ... regresando al firmamento ... su lugar de origen.
Así el alma, esa gota y ese rayo del claro manantial de luz eterna, en las flores humanas puede verse cómo aún guarda memoria del lugar del que viene, rechazando las tiernas hojas y los verdes brotes, y abismándose así en su propia luz, en puros pensamientos envolventes ... crea un cielo mayor en otro exiguo.
Con humildad en su hechura lastimada se esfuerza por dejar de ser lo que es.
Se niega a todo el mundo circundante, aunque acoge la luz del claro día, oscura por abajo, luminosa por la parte de arriba,  muestra aquí su desdén ... pero allí es toda de amor.
¡Qué ansiosa por partir y qué dispuesta en todos los momentos a ascender, a punto de caer, y sin embargo ansiosa por volver a las alturas!
Así el santo rocío del maná cayó blanco e intacto, aunque cuajado por el frío en la tierra, aunque después se disolvió a la luz del esplendor ... del todopoderoso sol del cielo.

martes, 2 de diciembre de 2014

Esa canción lejana

Para poder vencerme por completo hizo el amor el más dulce enemigo, con dos bellezas que a mi muerte aspiran formando una armonía irresistible ... una ata el corazón con la mirada y otra ... cautiva con su voz mi mente.
Podría verme libre de una de ellas y romper con el alma escurridiza las trabas hechas rizos de su pelo ... pero ¿cómo dejar de ser su esclava ante el arte sutil que hace grilletes invisibles del aire que respiro?.
Fuera fácil luchar en tierra llana con iguales opciones de victoria. Pero sería inútil resistir a la que ojos y voz tiene en su bando ... de ese modo es segura mi derrota, pues tiene a su favor el sol y el viento.