viernes, 25 de enero de 2013

Let´s Fall In Love

Hace ya mucho que para siempre amarré mi barco y ... que al camino y al lecho de los ríos y ... a los verdes y ondulantes juncos ... dije mi último e ignorante adios.
Ahora vivo contenta y divido mi indolente vida ... entre la lectura y la música.
Más en vano ... porque cuando junto al fuego me siento y ... en su luz abro las desgastadas páginas de mi atlas ... el camino infinito vuelve a abrirse en mi alma.
He dejado todo sobre el ignominioso campo ... Honor y Esperanza, todo ... menos la vida; sin espuelas ... con la espalda rota y el escudo partido ... humillada y deshonrada abandoné la batalla.
De quien nada tiene, ¿acaso no tomarás incluso lo que no tiene ... si abandona la batalla?
Amé el desolado pantano ... los orgullosos vientos ... la espumante plata de la lluvia ... y la crecida de los arroyos.
El rocío, la escarcha y las montañas ... el fuego y los océanos ... la soledad sonora.
Los vientos que como pífanos sonaban en la oscuridad ... y la altísima y casta luna.
El fruto maduro conserva el áspero y picante aroma de los bosques ... yo que amaba las llanuras vacías, perfumadas por la lluvia y por el viento ... y las joyas recatadas de la lluvia se posan de nuevo en mis hombros ... adornándolos.
Y el tiempo que nadie puede detener ... pasa como el viento y arrastra las hojas de la vida.

viernes, 18 de enero de 2013

La luz de la memoria

Tuyo fué el espíritu de los viejos cuentos, ellos fueron tu infancia ... su inmenso asombro, las hazañas y el supremo gozo conmovieron tu corazón con sus temores y esperanzas.
Tú escuchaste a la Bestia, y el cuerno de Rolando, y aquel grito sembrador de guerra del inerme Aquiles.
Tú viste las tierras de aventura, las rumorosas costas y los mares y bosques desolados ... la isla, el valle y la oscura montaña.
En Samarcanda levantaste un tenderete, y en él magos de furtiva mirada traficaron ... allí, una noche, el maligno Afrit te raptó, y entre sus alas fuiste más allá del Monte Ararat.
Tuya fue el ansia de fortuna que te llevó a embarcar con una jarra de monedas rumbo a Basora y cruzar la mar.
En una cueva centáurica te regalaron la sabiduría.
Te mostraron los nombres de las plantas, y a orientarte por brillantes estrellas en los oscuros bosques.
Cosas hay que dejan, en aquel que las ve, la llamada más fuerte y ... hay sonidos que aquél que los escucha, por siempre los repetirá en su alma.
¿Qué fue esta tierra, hijo de dioses, para tí?
Desde tu país del sueño, tú, soñador, venías ...
Y en tus oídos aún resonaban antiguas músicas
Y en tu cabeza las gestas de los muertos
Y aquellas heroicas épocas ya olvidadas
Y una tierra tan abatida, demasiado tarde, tus pasos retornan
Y ansías escuchar los ruiseñores del mediodía, y aguardas
Desolada ... la aventura huyó.
Y ahora, aunque seductor fluya el río y cada recodo con álamos, cada meandro o islote a tu alma reclame ... aún así ya nada esperes ... la esperanza ha muerto.
Las áureas arboledas hace mucho tiempo se extinguieron ...
Y sobre el mundo ya no quedan ciudades encantadas.

miércoles, 16 de enero de 2013

Un día en la vida de un loco

El que ha tocado fondo ... aquel a quien la diosa lo abandona ... se aferra a la esperanza y vive ya sin miedo. Cuando uno está en la gloria cambiar es lamentarse ... pero el que nada tiene verá volver la risa.
Así que ... bienvenidos ... vientos inconsistentes que hoy abrazo; vuestros soplos me han hecho miserable y ... no tengo reproches.
Cuando quieras mi bendición, yo, de rodillas, querré que me perdones.
Viviremos rezando entre canciones, contaremos leyendas, nos reiremos de las áureas mariposas, oiremos los rumores y ... hablaremos con él sobre quién gana, quién pierde, quién asciende ... quién no cuenta.
Sabremos el misterio de las cosas ... igual que si informáramos a Dios.
Y veremos el fin, tras los muros, de los lamentos y la risa poderosa ... que crecen y decrecen con la Luna.

lunes, 7 de enero de 2013

Tengo tu nombre

He nacido en tus manos dulcemente, manantial de tu amor ... venas arriba ... y en tus manos está que alegre viva o que muera en tus manos tristemente.
No recuerdo quién era anteriormente ... ni siquiera si fui ... ni en qué cautiva soledad me encontraste cuando iba muerta de sed en busca de otra fuente.
Sé que volví a nacer cuando viniste a descubrir que es cierta la esperanza ... y es posible encontrar un mundo aparte.
El resto nada importa.
Deshiciste las sombras del ayer ... en la balanza el amor tiene todo a su parte.
Puedo ponerle un nombre a esta alegría, a este súbito pájaro crecido en mi esperanza, que fue olvido y ya es gozo de amor ... porque eres mío.
Por tus ojos la pena es lejanía, y en alas de tus labios voy perdida.
Tengo tu nombre ya, puedo llamarte, salvarme en ti ... gozar la luz de un mundo que, sólo para mí, de amor has hecho.
He nacido por ti, para encontrarte.
Y ... ahora ya puedo, torpe vagabunda, morir más que vivir junto a tu pecho.

martes, 1 de enero de 2013

Si pudiera encontrarte

Te escribo y mi palabra es como un ave a la que el tiempo no logró dar caza ... tu sangre va en mi sangre y nos enlaza ... remoto enigma con perenne clave.
Escribo a tu cansancio que es el mío, desde tu antigua pena que es mi pena ... y a la vuelta de todos los destierros.
Si pudiera encontrarte te diría que todo sigue igual. La desventura se alza junto al amor, en esa oscura senda que desemboca en la agonía.
Como amar es todavía llanto sobre el placer ... qué cordura amansada en la piel, y ... qué locura la soledad de dos en compañía.
Quiero soñar que te he reconocido, y ... que me has susurrado tu tristeza ¿dónde acaba la pena cuando empieza? ¿cómo reconquistar el tiempo huido?
La envidia te ha dejado malherido ... te arrebató el poder y la riqueza; estás cansado y vuelves la cabeza, y siembras el pasado en el olvido.
Y vuelves la cabeza e interrogas al tiempo que se fue, y encuentras cenizas sin retorno y ... en el amargo exilio ahogas aquello que te queda ... acaso el beso, reliquia fiel de aquel amor primero.
Pensarás que estoy loca, pero ¿cómo escribirte contra el calendario por más que lo trasiego y lo disloco?. Desde la voz antigua te convoco ... el tiempo se me vuelve solitario, se me vuelve, y te busca, epistolario.
La muerte es el silencio ¿quién se atreve a recobrar tu triste huida? ... no daré la esperanza por perdida ... pues escribirte es ya encontrar respuesta.