martes, 31 de marzo de 2020

Todo el mundo puede escribir

Me levanté temprano, y con mi perro fui a visitar la mar; las sirenas del sótano se asomaron curiosas para verme.
Y en el piso de arriba las fragatas me tendieron sus manos cañameñas ... suponiendo que sólo era un ratón encallado en la playa.
Nadie vino a tocarme hasta que la marea me cubrió los pies, y luego el delantal y el cinturón y ... por fin el corpiño.
Hizo como si fuera a devorarme como el rocío cubre todo el tallo del diente de león; después también me puse en movimiento.
Entonces me siguió, pegado a mí, con su talón de plata golpeándome el tobillo.
Los zapatos rebosaban de perlas.
Hasta llegar a la Ciudad más firme.
No parecía conocer a nadie
... me hizo una reverencia soberana y la mar se retiró.

lunes, 23 de marzo de 2020

Solitarios en la noche

Aún guardaba calor, como nosotros, pero después el frío le invadió como la escarcha en el cristal ... que borra a la vista el paisaje.
La frente parecía ser de piedra, de tan fríos los dedos no dolían, y los ojos inquietos se le helaron como un arroyo en el que se patina.
Eso fue todo, el cuerpo quedó rígido como si en él el frío se agolpase, y creció mucho más su indiferencia, ya sin ganas de nada ... salvo orgullo.
Y ni siquiera cuando con las sogas inerte le bajaron a la tierra, hizo la menor seña, ni un reparo
... y se dejó caer inconmovible.




miércoles, 18 de marzo de 2020

Entre ético y poético

Agarrándome de nuevo el fuero me grito, me insulto los espasmos, me muerdo la clavícula y me desdento, trato de amordazarme el alma ... y ahí no llego.
Reto a las galaxias y les ajordo: ¡embusteras!
¿Por qué me escogisteis de verdugo?
La ajusticié y ella era inocente.
Debíase a otros códigos, otras penas;
previsiones vuestra era virtud en su cultura.
Redacté con tinta imborrable de la historia en su escabroso apéndice,
la sentencia contra quien jamás cupiera ni cayese en desacato.

lunes, 16 de marzo de 2020

Todo lo auténtico

Nunca puedo estar sola porque tengo visitas como raras presencias ... que no emplean llaves.
No usan ropas ni nombres,
ni lugares ni tiempos,
vienen de vagos sitios
como si fueran trasgos.
Cuando llegan lo sé por correos de dentro;
si se van no se sabe
... porque no se van nunca.

miércoles, 11 de marzo de 2020

El corazón no descansa

Habíamos andado largo trecho, ya a punto de llegar a la inquietante encrucijada: Senda del Vivir.
Y más allá, al final, la Eternidad.
De pronto el paso se hizo temeroso y seguimos andando con desgana.
Había unas ciudades a la vista ... pero cruzando el Bosque de los Muertos.
Retroceder no era posible, estaba el sendero cortado por detrás ...
la Eternidad y su bandera blanca enfrente.
Y Dios en todos los caminos.
Para los hombres demasiado tarde, y demasiado pronto para Dios ...
el mundo no podía ser ayuda, pero no nos soltaba la oración.
El Cielo es una pura maravilla cuando la tierra se hace inalcanzable;
!qué acogedor entonces es el rostro de  Dios, viejo vecino de mi casa¡