Me levanté temprano, y con mi perro fui a visitar la mar; las sirenas del sótano se asomaron curiosas para verme.
Y en el piso de arriba las fragatas me tendieron sus manos cañameñas ... suponiendo que sólo era un ratón encallado en la playa.
Nadie vino a tocarme hasta que la marea me cubrió los pies, y luego el delantal y el cinturón y ... por fin el corpiño.
Hizo como si fuera a devorarme como el rocío cubre todo el tallo del diente de león; después también me puse en movimiento.
Entonces me siguió, pegado a mí, con su talón de plata golpeándome el tobillo.
Los zapatos rebosaban de perlas.
Hasta llegar a la Ciudad más firme.
No parecía conocer a nadie
... me hizo una reverencia soberana y la mar se retiró.
Y en el piso de arriba las fragatas me tendieron sus manos cañameñas ... suponiendo que sólo era un ratón encallado en la playa.
Nadie vino a tocarme hasta que la marea me cubrió los pies, y luego el delantal y el cinturón y ... por fin el corpiño.
Hizo como si fuera a devorarme como el rocío cubre todo el tallo del diente de león; después también me puse en movimiento.
Entonces me siguió, pegado a mí, con su talón de plata golpeándome el tobillo.
Los zapatos rebosaban de perlas.
Hasta llegar a la Ciudad más firme.
No parecía conocer a nadie
... me hizo una reverencia soberana y la mar se retiró.