viernes, 9 de diciembre de 2016

Libre albedrio o como percibo la Biblia

Como la levadura y su fermento
eleva la materia, y así es ya útil
el condimento; igual que la semilla
en el surco prepara las futuras almendras,
antiguo camarada de los días brillantes
y de las noches en soledad,
viejo como un ajado cuero,
novísimo cuando el miedo te acerca a mi lámpara,
quisiera llamarte, Señor,
con la misma voz del tullido
o con la salmodia del ciego
a la puerta de los mercados de arena.
Era por Tiberíades
donde dormí la dulce cercanía,
sabiéndote varado como una red que el agua
llena de peces.
En el suelo quedaba,
flotante majestad de las sandalias,
de tu barba perlada por una sal marina,
la vida tan segura.
Y así el justo salario repartido,
de la hogaza de pan, saciada el hambre
y fue limpio el reposo,
extendido letargo del obrero,
luego que la jornada de labor
amedrenta los ojos.
Como si con la de salváramos la tierra,
solamente,
tuvimos el derecho de temblar,
aunque un instante sólo,
el necesario para mojar la frente,
fuera en las almas
aquel de los relámpagos,
y de la mar partida por los vientos que no te conocían.
Camarada del éxtasis,
deja que explique ahora,
cuando tan sólo eres una remota llaga
de la crucifixión,
que no fuimos avena de tu pan en las aguas,
firme harina imbatida,
más bien huérfanas migas de esta sucia corteza
que tu mano bendijo camino de Betania.
 

1 comentario:

  1. Norma Jeane judía y yo pagana.
    Aunque pienso que ambas fueron elecciones mas por conveniencia que por otra cosa.
    Somos muy personales en esto de la religión ...

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