sábado, 2 de enero de 2016

Perdida dentro de ti

¿Que qué tengo para darte?. Una gramática de sentimientos, verbos sin el complemento de una vida, los sustantivos más pobres de un vocabulario íntimo: el amor, el deseo, la ausencia.
¿Qué frase construiremos con tan poco?
¿A qué léxico de paciencia iremos a robar lo que nos falta?
Entonces, te regalo otra casa. Las paredes tienen la consistencia del verso; el techo, el peso de una estrofa.
Te abro sus puertas, y el sol entra por la ventana de una sílaba, con su fuego vocálico, como si una palabra pudiese calentar el frío que te envuelve.
Y te pregunto: ¿qué otras palabras quieres?
¿La música sonora del reposo?
¿El espeso manto con que se escribe el terciopelo?
¿El fondo luminoso del azul?
Podría darte todas las palabras en la caja del poema ... o prestarte el efímero canto donde se esconden del mundo.
Pero no es eso lo que me pides.
Y la vida que late entre advervios y adjetivos se esfuma deprisa, cuando intentamos seguir la línea del verso.
¿Qué queda?, me preguntas.
Un encuentro es la esquina de la memoria.
Risas.
Lágrimas, el compasivo rumor de la noche.
Nada ... y todo.

1 comentario:

  1. Pretender colgarnos de una persona no lleva a ningún lugar.
    Nada puede describir la libertad del Amor: adverbios, adjetivos, sustantivos, verbos ... quizá, y levemente, una caricia.
    Night

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