Me sobran las riquezas que nunca he poseído,
regalo algunos dones que sin pedir se pagan,
ignoro los contrastes que a otros gratifican
y aun me huelga espacio para anular carencias.
El diamante millonario en ceniza se consume,
la esmeralda en un garfio destroza su prodigio,
el rubí ahoga en sangre su monotonía
y el perfume a la perla devuelve su miseria.
Fue esforzado héroe y ahora se amilana,
conquistó castillos y en choza lo olvidaron,
y al fin tejiendo hércules se humilla.
Lo único que tengo es lo que aquí mantengo
y nadie en mi modestia lo puede ya mudar:
esta pasión inmensa que en ti se corresponde.
regalo algunos dones que sin pedir se pagan,
ignoro los contrastes que a otros gratifican
y aun me huelga espacio para anular carencias.
El diamante millonario en ceniza se consume,
la esmeralda en un garfio destroza su prodigio,
el rubí ahoga en sangre su monotonía
y el perfume a la perla devuelve su miseria.
Fue esforzado héroe y ahora se amilana,
conquistó castillos y en choza lo olvidaron,
y al fin tejiendo hércules se humilla.
Lo único que tengo es lo que aquí mantengo
y nadie en mi modestia lo puede ya mudar:
esta pasión inmensa que en ti se corresponde.
... quién no figuraba en la lista de deseos incumplidos de Marilyn, era el realizador Fritz Lang, a quien estaba desesperando con su escasamente profesional actuación durante el rodaje interminable y difícil de Clash by Night (1952). La actriz volvió locos de rabia a la protagonista Barbara Stanwyck, a Robert Ryan y a Paul Douglas. Para una de las escenas, Lang llegó a necesitar 27 tomas; desesperado y al borde de una crisis nerviosa, se vio precisado a escribir los textos de Marilyn en cartones.
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