viernes, 3 de junio de 2016

Dame una vida sencilla

Quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras.
Me importaban las formas sonoras que sus nombres y ellas me describian ... las acciones que creaban en mis oídos ...  los colores que arrojaban a mis ojos.
Me enamoré inmediatamente (esta es la única expresión que se me ocurre) y todavía estoy a merced de ellas, aunque ahora ... a veces ... porque conozco algo de su conducta, creo que puedo influir levemente en ellas, y hasta he aprendido a dominarlas de vez en cuando ... lo que parece gustarles.
Hay que tener el don de tratar a las palabras como a las mujeres ... conocer sus gustos, sus caprichos, sus debilidades ... parecer que se baila un tango con ellas.
Y allí estaban, aparentemente inertes, hechas solo de blanco y negro ... pero de ellas, de su propio ser ... surgirán el amor, el terror, la piedad, el dolor, la admiración y todas las demás abstracciones imprecisas que tornan peligrosas, grandes y soportables ... nuestras vidas efímeras.

1 comentario:

  1. "Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo"
    Facundo Cabral
    1937-2011

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