sábado, 8 de diciembre de 2012

Hablando con el amor (sentada en la orilla de la vida)

Goza la vida y vívela deprisa ... como si los relojes te quemasen; sube a los trenes antes de que pasen, pues cuando llega el último no avisa.
Ten prevención ... mas sólo la precisa para que las sorpresas no te arrasen. Sé osada, arriésgate, que nunca tasen los miedos tu verdad, lucha, improvisa.
No sigas al rebaño ... abre caminos; mantén tu convicción si lo merece, aleja la soberbia ... ten ternura.
Reconoce los propios desatinos y ... acepta los ajenos; agradece del amigo el consejo, y ... sé aventurera.
Para lo que hay que ver ... mantenerse ciega.
Para lo que hay que oír ... mantenerse sorda.
La vida es un puñado de sal gorda ... que raramente merece nuestra brega.
Vivir es un azar ... siempre se juega; yo no doy una, pero hay quien lo borda. La suerte es de secano, o ... se desborda; ayer pasó de largo, y, hoy no llega.
De acuerdo, amor ... sé ciego y sordo. Piensa que no te amé jamás, que hay una herida porque te hiero pero no me hieres.
Pero en esa impostura tan inmensa, no te me vuelvas mudo ... por mi vida.
No dejes de decirme que me quieres.

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