domingo, 26 de agosto de 2012

La bella paciencia está prisionera

Todo lo grande empieza por ser diminuto ... de un huesecillo de nada ves nacer un árbol.
Me deleito en el tormento que por tí sufro ... mis ojos no se paran sino donde estás tú ... debes tener las propiedades del imán ... los llevo a donde tú vas y ... conforme te mueves ... igual que en gramática ... el atributo sigue al nombre.
Cuando me voy de tu lado, mis pasos son los de un prisionero a quién llevan al suplicio ... si voy a tí, corro como la luna llena cuando atraviesa los confines del cielo ... pero, al partir de tí ... lo hago con la morosidad con que se mueven ... las altas estrellas fijas.
Y escucho sólo tus palabras ... placientes y graciosas; si me veo forzada a irme de tu lado no paro de mirar atrás y ... camino como una bestia herida ... y ... aunque mi cuerpo se distancie ... mis ojos quedan fijos en ella ... como los del naúfrago que desde las olas ... compempla la orilla.
Si tú me dices que es posible subir al cielo ... digo que sí ... y ... que sé dónde está la escalera.
Hasta que llegó la noche estuve esperando verte ... pero las tinieblas me hicieron perder la esperanza, cuando antes, aunque apareciera la noche ... no desesperaba de que siguiera el día.
Tengo una prueba que no puede mentir ... y es que ... si te hubieras decidido visitarme ... no hubiera habido tinieblas ... y la luz ... tu luz ... hubiera permanecido sin cesar entre nosotros.
La bella paciencia está prisionera ... pero las lágrimas corren libremente.
Cuando los párpados dejan fluir sus fuentes ... es que en el corazón hay un doloroso tormento de amor.
Todo lo grande empieza por ser diminuto ...

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