miércoles, 23 de mayo de 2018

Que ningún viento borre el camino

A dejar a mi amigo no me atrevo, porque ... si me muriese mientras estoy lejos, y entonces ya llegase tarde a aquel corazón que me buscaba ...
Y si decepcionase a aquellos ojos tan ansiosos ... ansiosos para verme, que no podían soportar cerrarse hasta posarse en mí ... posarse en mí.
Si matara la fe perseverante segura de mi vuelta ... de mi vuelta, que escuchando ... escuchando, se dormía pronunciando mi nombre muy despacio, antes quisiera el corazón romperse, pues rompiéndose entonces
... roto entonces, sería el sol que inútilmente lucha contra la escarcha de la noche.



 

1 comentario:

  1. ... muerta la abuela, Gladys visita durante un tiempo y con frecuencia a la niña: sabe andar, es graciosa y vivaracha; acuden con frecuencia a la playa culturista Muscle Beach. Será uno de los pocos recuerdos que Norma Jeane conserva de su madre en la infancia. Para ella es la señora del pelo rojo.
    Un incidente durante 1932 en una procesión religiosa provoca que Ida le quite a su perro Tippie (regalo de Albert Bolander) y decida quitarse "a esa mocosa de encina, me pone nerviosa".
    Ese día Norma Jeane descubre que una de las mentiras de los adultos es el adagio "lo que se da no se quita" cuando le arrebatan de los brazos a Tippie.

    ResponderEliminar