viernes, 20 de octubre de 2017

Gemido por la muerte del cervato

Los soldados, en fiero cabalgar, han herido de muerte a mi cervatillo.
¡Cuánta crueldad la suya! ¡Nada ganan matándote!
Jamás cuando vivías les hiciste algún daño; ¡y ay de mí! tu muerte no les causa ningún bien.
De cierto ningún mal les deseaba ... ni tan siquiera ahora ... mi mañana.
Pero si puede una plegaria mía conseguir el olvido de los Cielos para este crimen ... verteré  mis lágrimas con ese fin.
No obstante, mucho temo que un hecho así no va a quedar impune.
El Rey del Cielo lo recuerda todo, y tiene cuanto se hace consecuencias.
Hasta los animales se merecen un justo sacrificio, de otro modo pasa a ser condenable darles muerte.
Aunque lavaran sus culpables manos en esta sangre tuya que es herida para mi corazón ... no se limpiaran.
Pues su mancha procede de una púrpura como no hay otra igual en todo el mundo que se pueda ofrecer por su pecado.
  

1 comentario:

  1. ¿Cuántas manos manchadas de sangre trataron de limpiarse después de su muerte?
    Debería haber llegado de forma natural, sin sobresaltos ... pero era carne de presa.
    Vaya este lamento por tu caída ante las flechas de ...
    Night Norma Jeane

    ResponderEliminar