lunes, 30 de noviembre de 2015

Una Atea, la Iglesia: nuestra lámpara de Aladino

El Papa y el Sagrado Corazón
se fueron a la parte de atrás de una carreta,
e intenté encontrar dónde mandar al Niño Jesús.
Si esa lámpara no tuviera la forma
exacta de una copa de coñac, habría alguna posibilidad
de que me deshiciera de ella.
Sin embargo, la posibilidad es pequeña.
Si me hubieran criado a la clara luz
de la razón,
tal vez me sentiría de otro modo.
Pero a menudo vuelvo a casa a obscuras
y, desde la puerta de entrada,
en el rojo resplandor
puedo percibir
el violín de un  niño
y, al acercarme más,
una avefría,
la foto de un amigo muerto,
tres avellanas recogidas de un pozo,
y tres chamanes muy bronceados
que volaron todo el trayecto desde Asia
en una postal.
No planeé nada de esto y no sé si
los objetos e imágenes sagradas tienden a apiñarse
alrededor de una luz constante
o si
la constancia de una estrella pequeña,
a través de otras vidas y otras noches,
confiere ahora cierta santidad
... a las baratijas de mi vida.

1 comentario:

  1. Querido ... tal vez tenga un día menopáusico, retorcido o simplemente vacilón.
    No puedo renegar de la época que me tocó vivir, porque olvidaría las maravillosas cosas que me enseñó mi Maestra y ... sería una deslealtad.
    Tal vez, alguna vez, los humanos seamos capaces de construir, no como si torturásemos el Conocimiento, sino acariciándolo.
    Night

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