jueves, 26 de noviembre de 2015

Quien puede retirarse no amó nunca

Pues no hay remedio ... ven a besarme y aléjate.
¡Ay! Ya cumplí con todo, de mí ya nada esperes; y una alegría siento, un júbilo del alma, porque así ... llanamente ... mi libertad recobro.
Estrecharnos la mano para siempre, los votos anular, y si un día se cruzan nuestras sendas, nadie pueda en tu frente descubrir, o en la mía, ni una sombra de aquellos primerizos amores.
Mas ahora que Amor da ya el postrer aliento, cuando, al faltarle el pulso, la Pasión queda muda, y la Fe se arrodilla junto al fúnebre lecho y la Inocencia acude a cerrarle los ojos
... ahora, si quisieras, cuando todos le huyen ... podrías retornarle de la muerte a la vida.

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