martes, 3 de marzo de 2015

Quiero el aire que tiene tu alma

El amor en mi seno, como abeja, viene a libar dulzura ... y conmigo sus alas o sus pies van jugando.
Ha anidado en mis ojos y en mi suave pecho se hizo una yacija; mis besos son su gozo cotidiano ... mas me quita el sosiego.
Loco ... ¿por qué lo haces?
Si me duermo, se posa con delicado vuelo y hace de mi rodilla su almohada ... y allí se quedará toda la noche.
Si taño mi laúd, él afina las cuerdas
El de la melodia si yo canto
Todas las cosas lindas él me presta
... pero, cruel, el corazón me ha herido.
Quieto ya, loco ... ¡Basta!
Si no, todos los días yo con rosas te azotaré, hasta echarte, y te ataré, cuando jugar desees ... por castigar tu agravio.
Mis ojos cerraré para que dentro quedes, te obligaré a ayunar por tu pecado, ni un alfiler daré por tus poderes.
Mas ... ¿qué ganaría si le tengo contrario?
¿Qué ganaré si azoto al niño loco con varejón o palo?
Siendo un dios, en desquite angustias ha de darme.
Siéntate, pues, tranquilo, en mi rodilla, y que mi pecho sea tu morada: asómate a mis ojos ... que me gustas.
Apiádate, amor, no te alejes ... retoza aquí conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario