lunes, 3 de septiembre de 2012

Basta que alguien me piense para ser un recuerdo

Fue hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar, donde vivía un caballero que tal vez conozcas y,  este caballero vivía sin otro pensamiento que amarme y ser amado por mí.
Era un niño y yo era una niña, en aquel reino junto al mar, pero amábamos con un amor que era más que amor, con un amor que los alados serafines del cielo nos envidiaban a él y a mí.
Y esta fue la razón de que, hace tiempo, en aquel reino junto al mar, surgiese un viento de una nube, helando a mi hermoso caballero. 
Así que acudieron sus parientes de alta cuna, y lo alejaron de mí para encerrarlo en un sepulcro, en aquel reino junto al mar.
Los ángeles, ni la mitad de dichosos en el cielo, nos envidiaban, y esa fue la razón de que surgiese el viento de la nube una noche, helando y matando a mi caballero.
Pero era nuestro amor mucho más fuerte que el amor de los que eran mayores que nosotros, de muchos mas sabios que nosotros, y, ni los ángeles allá arriba, ni abajo los demonios, podrían separar nuestras almas.
Pues la luna nunca luce sin traerme sueños de mi amado, y las estrellas nunca salen sin que vea los brillante ojos de él, y así, durante toda la noche yazgo tendida a su lado, en aquel sepulcro junto al sonoro mar.

2 comentarios:

  1. amor eterno, ese nunca muere
    Un abrazo

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    1. Una persona que lo leyó antes de transcribirlo dijo que era teatral y tétrico
      Supongo que los amores eternos lo son
      Un beso querida Tishta. Me gusta haberte recuperado.

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