domingo, 23 de septiembre de 2012

Alas rotas

Son muchos los prodigios que hoy he contemplado: el sol ... cuando con besos secó todas las lágrimas de los ojos del alba ... los laureados pares que desde el leve oro del ocaso se inclinan ... la mar con su grandeza y su verde azulado ... sus barcos ... rocas ... cuevas ... sus miedos y esperanzas ... su enigmática voz que obliga a quien la escucha a pensar en las cosas que han sido y que serán.
Querido ... mientras escribo ... mi alma está tan sigilosa mirando entre cortinas de seda ... que parece hoy su noche de bodas y que guarda encubierto su profundo alborozo.
¿Pero en qué quedaría ... si no es por tu recuerdo cariñoso ... el portento del cielo y del océano?
Los vientos matinales se han llevado el temor de mi pecho contento ... ahora ya para siempre remonto la tiniebla.
Nada menos valioso que el altivo laurel satisfará a mi féretro.
¡No, por los astros vivos! ... o qué hago aquí sentada ... en el centro del sol ... ciñiéndome las sienes con las hojas de Apolo ... como elogio trenzadas por tu espíritu puro y por tus dedos blancos.
En este gran momento desprecio a los tiranos ... ni la tropa más fiera de acorazados héroes me arrancará la corona ...
¡Pero yo me arrodillo para besar tu mano!
 
Para aquellos que por sus arterias navega el barco que recorre el cuerpo amado ... sin pertenecerle.

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