miércoles, 13 de octubre de 2021

La casaca escarlata y el soldadito

Caminando solitaria sobre el césped, entre la hierba recién cortada un agujero hallé, y en su tierra oculté un soldadito.
La primavera y las margaritas llegaron, la hierba cubrió mi escondite secreto; creció la hierba como un verde mar y el césped hasta mis rodillas.
Bajo la hierba yace solo, casaca escarlata y largo fusil, con sus ojos de plomo mirando hacia el sol y las estrellas.
Cuando la hierba madure como el grano, y una vez mas esté afilada la guadaña, cuando sieguen el césped, reaparecerá mi agujero.
Lo encontraré, sin duda, y encontraré a mi granadero, por encima de todo encontraré a mi soldadito mudo.
Habrá vivido, olvidado, en los verdes bosques de la primavera, y si pudiera hablar, diría que hizo aquello que a mi me gustaría.
Ha visto las estrelladas horas y el brotar de las flores, y la maravilla que sucede en los verdes bosques; en el silencio ha oído hablar a las abejas y a las margaritas, y las mariposas volaron sobre su tumba solitaria.
Pero no dirá ni una palabra, ni una palabra de todo lo que sabe, y habré de dejarlo en su silencio e inventarme yo toda la historia.

1 comentario:

  1. ... Aquella noche Joe DiMaggio durmió en casa de su ex esposa. Y lo que nunca supo es que el melodrama tenía un desenlace inesperado. Porque sus celos obsesivos en relación con Hal Schaefer no tenían el más mínimo fundamento.
    Hal no era el amante de Marilyn, sino un amigo entrañable, a quien la actriz se aferraba por aquel entonces en busca de afecto. Marilyn había encontrado en un anticuario el famoso piano blanco de su infancia y Hal le acompañaba no solo en los ensayos de sus números musicales, sino también en muchas veladas caseras.
    Nunca estaban solos.

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