Después de un gran dolor hay una sensación de algo solemne, los nervios se reajustan ceremoniosamente, como tumbas, pregunta el aturdido corazón si fue él quien lo sufrió y si fue ayer o muchos siglos antes.
Maquinales, los pies van dando vueltas por la tierra, en el aire, en el vacío, es áspero camino, improvisado, un alivio de cuarzo, igual que piedra.
Esta es la hora de plomo que se recuerda si sobrevivimos como aquellos que mueren por el hielo se acuerdan de la nieve ... después del desaliento el estupor, y por fin abandono.
No es el morir lo que nos duele tanto, vivir sí que nos duele mucho más ... pero morir es algo diferente, lo que está al otro lado de la puerta.
Los pájaros se suelen ir al sur sin esperar que lleguen las heladas, van en busca de un clima más benigno.
Los que se quedan son como nosotros.
Ante la puerta de la granja esperan ateridos limosnas de migajas que concedemos ... hasta que las nieves nos dicen compasivas que ya es hora de regresar a casa.
Maquinales, los pies van dando vueltas por la tierra, en el aire, en el vacío, es áspero camino, improvisado, un alivio de cuarzo, igual que piedra.
Esta es la hora de plomo que se recuerda si sobrevivimos como aquellos que mueren por el hielo se acuerdan de la nieve ... después del desaliento el estupor, y por fin abandono.
No es el morir lo que nos duele tanto, vivir sí que nos duele mucho más ... pero morir es algo diferente, lo que está al otro lado de la puerta.
Los pájaros se suelen ir al sur sin esperar que lleguen las heladas, van en busca de un clima más benigno.
Los que se quedan son como nosotros.
Ante la puerta de la granja esperan ateridos limosnas de migajas que concedemos ... hasta que las nieves nos dicen compasivas que ya es hora de regresar a casa.
... Johnny es bajito, muy velludo como a Marilyn le gusta, y un buen amante. Pero la vida ha pasado factura y la actriz va a tener que compartir sus meses de penosa decadencia física. "Estaba obsesionado -contará Marilyn después- con su virilidad y yo tenía que fingir alcanzar el éxtasis en sus brazos".
ResponderEliminarCon este hombre que tanto le ama, Marilyn se comporta fríamente, como si buscase vengarse de cómo la han utilizado otros hombres anteriormente.
Estremece conocer las confidencias que sobre Johnny le confiesa a James Bacon. Cuando está con Johnny en la cama suele decirle: "¡Oh, me haces daño!" para excitarle. "¿Y a mí por qué no me lo dices?", le pregunta James, "Porque tú no eres un niño pequeño". Y noche tras noche se ríe de las "proezas" en la cama de su amante, cuando se acuesta después no solo con James Bacon, sino también con otro antiguo enamorado, el músico Fred Karger.