sábado, 2 de abril de 2016

¿Gárdame o segredo? ... nos teus surcos

Por la noche, perezoso y cárdeno, arde el fuego en la chimenea; desde un rincón en un sofá rojo yo lo miro de frente ...
hasta que mi mente se duerme
hasta que caen mis pestañas.
La vela se consume en la casa ... el sueño es cálido, lento, suave.
Entonces tú te acercas por la obscuridad sonriente, blanca como la nieve invernal, dulce como un día de verano: te sientas en mis rodillas, amada, tus brazos rodean mi cuello ... y tú con amor miras mi rostro que palidece.
Con tus brazos blancos, delicados, redondos, perfumados, encadenas mi cuello ... sobre mi pecho apoyas tu cabeza; y como salida de un sueño, con manos blancas, dulces, vas apartando los mechones de mi triste frente.
Alisas, despacio y perezosamente, mi frente tranquila y, pensando que estoy dormido, astuta, posas tu boca de fuego ... como el sueño ... sobre mis ojos cerrados y en medio de mi frente y ... sonríes, como los sueños en un corazón amado.
Acaríciame ... hasta que mi frente vuelva a ser tersa y suave.
Acaríciame ... hasta que vuelvas a ser joven como la luz del sol
hasta que seas clara como el rocío y dulce como una flor
hasta que mi rostro no esté arrugado
hasta que mi corazón ya no sea viejo ...

1 comentario:

  1. Me encantan los datos absurdos que no sirven para nada.
    Admiro a la gente que pone pasión en lo que hace y también a Sean Connery. En Febrero de 1865 no hubo ninguna luna llena; el Colibrí batea las alas ochenta veces por segundo y tiene mil doscientos latidos por minuto (incluso vuela hacia atrás); una cria de Ñu azul aprende a correr en siete minutos ...

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