domingo, 6 de septiembre de 2015

Mi harapiento cariño

Señor de mis amores, a quien en vasallaje tu mérito tiene tan fuertemente ligado mi deber, a ti envío esta escrita embajada como testimonio de mi respeto ... no como de ingenio alarde.
Deber tan grande que ingenio tan pobre como el mío, pudiese parecer escaso, falto de palabras su muestrario ... pero que algún buen pensamiento tuyo ... nacido de tu alma, toda desnuda ... lo cubrirá.
Hasta que cualquier estrella que en su movimiento guía  me distinga graciosamente con bello aspecto ... y cubra de atuendo mi harapiento cariño ... para poder mostrarme digna de tu amable respeto.
Entonces podré ufanarme de cuánto te amo ... pues antes no me mostraré ... donde tú puedas probarme.
Agotada de faenar  me apresuro al lecho, pero entonces comienza en mi cabeza un viaje ... que hace trabajar mi mente mientras el cuerpo descansa ... porque mis pensamientos, lejos de su morada, emprenden un celoso peregrinaje hacia tí ... y mantienen mis hundidos parpádos completamente abiertos, mirando en la oscuridad lo que ven los ciegos ... salvo que esta imaginaria visión del alma ... presenta tu sombra a mis ojos sin vista, que como joya suspendida, hace de la nocturnidad belleza ...
He aquí que mis miembros por el día ... mi mente por la noche ... por tí, y por mí ... reposo nunca encuentran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario