viernes, 27 de diciembre de 2013

Rompes mis pensamientos

Estaba aquí pensando que, si alguna vez nos encontramos por la luz de un lejano mundo, me detendré sobresaltada ante ti.
Esos ojos tuyos los veré entonces como estrellas de la mañana, y, sin embargo, sentiré que fueron de un olvidado cielo de anochecer, en una vida anterior.
Sabré que el encanto de tu cara no será todo tuyo, que lo robó la luz apasionada de mis ojos en algún encuentro inmemorial, y cobró de mi amor un misterio que había olvidado su origen.
Creo que antes de encontrarnos me habías visitado en una visión.
Esa visión debía yo tenerla cuando estaba inundada del olor de la flor de la sal, cuando el resplandor crepuscular del rio orillaba las arenas y los vagos sonidos de la tarde se fundían.
Rompes en mi pensamiento como el oleaje de la pleamar, y mi corazón se ahoga bajo la marejada de tus emociones.
Muchas veces he oído gritos en el roce de tus manos, aunque ellas no supieran lo que decían, he sentido el tartamudeo de tus brazos, que, de no hablar así, hubieran colgado a mi cuello la guirnalda de tu juventud.
Tus leves gestos vuelven a mi memoria a favor de las secretas horas calladas, como chiquillos traviesos que jugando, me cuentan las cosas que él me había tenido guardadas.

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