jueves, 7 de noviembre de 2013

A mi amante, regresando a casa

Ella está toda allí.
Fue derretida cuidadosamente para ti y moldeada desde su infancia ... moldeada desde tus cien edades preferidas.
Ella siempre ha estado allí.
Ella es, de hecho, exquisita.
Afrontémoslo, yo he sido pasajera; un lujo; un balandro rojo y brillante.
Ella es más que eso.
Ella es tu tengo que tener.
Ella no es un experimento.
Ella es toda armonía.
Ella cuida de que la barca tenga remos y toletes.
Parió tus hijos bajo la luna ... y lo hizo con las piernas abiertas.
Te devuelvo el corazón.
Te doy permiso ... para la fusión con ella, vibrando iracundo en el barro, para la perra que hay en ella y el enterramiento de su herida ... para enterrar viva su pequeña herida roja.
Para la pálida bengala titubeante bajo sus costillas, para el marinero borracho, para su rodilla de madre, para las medias, para el liguero ... para la llamada.
La extraña llamada, cuando te cobijes entre sus brazos y pechos, y ... tires de la cinta naranja en su pelo y contestes a su inquisitva llamada.
Ella es tan desnuda y singular.
Ella es la suma de ti mismo y de tu sueño.
Escálala como un monumento ... paso a paso.
Ella es sólida ...
En cuanto a mí, yo soy una acuarela ... yo soy lavable.

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