jueves, 20 de enero de 2022

Mariposa

Bajo un parasol giratorio ibas paseando junto a los olmos de la ciudad.
Tu blusa llevaba volantes hasta la barbilla,
tu falda abrazaba la llamarada salvaje de tu caderas,
y sobre tu cabeza había un pequeño sombrero
cuyo color hacía juego con tus ojos.
Tu rímel y sombra de ojos eran tan obscuros como la noche.
El silencio prevaleció, los árboles se balancearon, 
pero permanecieron mudos.
Una pianola cobró vida.
Tus ojos revolotearon como una coqueta mariposa.
Tus caderas se columpiaron.
Un extraño te llamó la atención;
bajo su sombrero sonrió, 
luego señaló la silla frente a él.
Café y cigarrillos.
Los tranvías pasaban flotando con sus hordas de pasajeros balanceándose.
Un caniche enjoyado tenso en su correa.
Los olmos dieron testimonio ...
Ha pasado un siglo, pero todavía estás sentada a la sombra del árbol.
Un hombre te toma de la mano y te sonríe,
con la mas simple de las sonrisas.
En un silencio sin aliento caminas por calles familiares.
Puertas dobles, una escalera de caracol.
Las ventanas dan a la calle,
las cortinas bailan.
Un balcón de hierro fundido.
Te desabrocha la blusa.
Un rastro de los mas suaves besos de pluma
comienzan en tu garganta 
y serpentean lentamente hacia tus caderas.
Tus ojos revolotean una vez más ...  

Texto de William Wright 

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