domingo, 30 de mayo de 2021

Devotion

En la esclavitud no hay ambigüedad, el esclavo es una "no persona" y lo sabe.
No tiene nombre, su identidad ha sido creada por su Misstress.
Su pasado es poco más que una serie de anotaciones en un archivo que guarda su dueño, lleva las marcas de un esclavo ... en mi caso tengo el nombre de "María" tatuado en mis bolas, y las cicatrices de látigos adornan mi espalda y mi trasero.
Me pintas las uñas todos los días como recordatorio de que soy tu perro.
Embelleces mi rostro con pintalabios y colorete.
No soy ni mujer ni hombre.
Cadenas y barras de hierro no me retienen aquí, me quedo porque sin ti no soy nada. Tú eres Dios.
Soy un mero juguete para ti. Solo codicias mi absoluta conformidad y lealtad y, por supuesto, mi cuerpo y todos los placeres que te brinda. Me quedaré y te serviré por el resto de mi vida.
Me permites vivir en tu apartamento, duermo en el sofá. No tengo ropa ni posesiones. Confío en ti para todo.
Te acompaño a donde vayas, a la playa, al supermercado, los transeúntes se detienen y me miran mientras camino a tu lado, mi polla hinchada, balanceándose salvajemente entre mis muslos.
Satisfago tus perversos deseos: me masturbo para ti, te encanta mirarme desde todos los ángulos mientras acaricio mi dura polla. Me arrodillo debajo de la mesa y lamo tu trasero mientras comes. Cada día te follo, pero no me dejas correrme.
Muerdo mis labios, sangra mi boca, solo como una distracción para no derramar mi semilla en tu apretado coño. "¡No lo hagas!" gritas, "¡No te atrevas a inundar mi coño con tu inútil savia!"
Pero todo el tiempo me estás urgiendo e incitando, los fuertes músculos de tu coño me agarran y tiran de mí.
Una sonrisa maliciosa se asienta en tu cara "¡No te corras sucio bastardo, o te castraré!"
Es como una droga para ti, cuanto más cruelmente me trates, más alto subes. Me veo obligado a comer de un plato en el suelo. Orinas en mi cuenco plateado y me miras lamiendo el dulce líquido amarillo.
Me torturas con mi pasado, te burlas de mí. Traes a otros hombres a tu apartamento y miras como los lamo y los chupo.
Me azotas mientras me follo sus culos jóvenes. Me haces beber su semen.
Amenazas con abandonarme, muchas veces me has arrojado desnudo a la calle.
Me golpeaste por crímenes que no cometí. Luego me acuestas en tu sofá y me chupas la última gota de semen.
Me lo escupes en la boca como si fuera veneno, ninguna perversión es demasiado para ti.
El poder es todo lo que te importa.
Poder y tu propia gratificación.
Pero me quedo, porque eres todo lo que sé, y te amo ...

Texto de William Wright


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