miércoles, 3 de marzo de 2021

El lago, los peces ... y la puta que los parió

Lo natural de un lago es un padre corriente y una madre enérgica.
Los nativos del lago no precisan de fieras que los tengan en vilo, y dejan la agresión a románticos malcriados, que se baten en duelo con sus sombras, sobre yermos estériles.
Un mes en una atmósfera lacustre lograría que incluso los rivales fluviales se marcaran un vals, dejando a un lado los rítmicos insultos de sus tatarabuelos.
Así, la cristiandad, que no empezó de veras hasta que, lacerados por las torturas, exangüe tras su paso por cuevas y prisiones, sus taciturnos jefes convergieron en el lago de Ascanio y en su orilla infestada de cigüeñas, inventaron la vida de la divinidad, haciendo universal la figura de tres pequeños peces en un triángulo.
El proyecto uncirá sus espaldas a un solo centro liquido, como dos viejos asnos que bombean un pozo con esfuerzo.
Este convenio físico puede que no asegure un matrimonio entre sus filas, pero ayuda.
Es algo muy humano suponer que la Dama del Lago del Glaciar se ha prendado del bañista fortuito al que ahoga en su seno.
Un lago hechizado es un lago enfermizo; por lo común, atiende nuestras fiebres tangibles con un mundo visual.
El escorpión de agua lo encuentra poco quisquilloso y, si tiembla ligeramente cuando las vareas lo acarician, nunca nos pide un préstamo o un peaje al agua.
Ansiar, como cualquier amante de los lagos, que la naturaleza sea dócil, supone cierto gusto por los perros feroces y las trampas ocultas.
Lo siento, una caída, una expulsión es mas que suficiente.
¿Debo entregar el Lago del Edén a la Nación tan sólo porque todo fulano no inmortal ha sido el Genius Loci de una laguna amniótica?
No es probable que vaya nunca a criar un cisne o erigir una torre sobre un pequeño túmulo, mas esto no impide que me pregunte que clase de lago escogería si tuviera elección.
¿De morrena, glaciar, pantanoso, volcánico, calcáreo?
Sólo enunciar sus nombre me reconforta tanto ...

1 comentario:

  1. ... por la mañana, una vez más, Joe recurre a su inseparable Reno Borsocchini, que carga con sus maletas y le acompaña al aeropuerto.
    El rodaje siguió sin otros incidentes que los provocados por los fans. La doble de Marilyn, Gloria Mosolino, casada posteriormente con el escritor de la novela De aquí a la eternidad James Jones, recuerda aquella multitud que cada noche aclamaba a la estrella debajo de su ventana con gritos de: "¡Marilyn, Marilyn!"

    ResponderEliminar