jueves, 13 de febrero de 2020

Celdas de castigo

Señor,
cuando las rosas se marchiten y no haya más violetas,
cuando en solemne vuelo los moscones hayan llegado más allá del sol,
la mano que en el día de verano se entretuvo cogiendo aquellas flores descansará
... todo será leonado.
Corta entonces mis flores, te lo ruego.
Nadie conoce esta pequeña rosa que quizá hubiera sido un peregrino de no haberla arrancado con el fin de ofrecértela.
Sólo una abeja la echará de menos,
sólo una mariposa que tras un largo viaje se apresura a posarse en su pecho.
Va a sentir extrañeza sólo un pájaro, sólo suspirará una leve brisa ...
¡es tan fácil morir, pobre rosa, cuando una es como tú!

1 comentario:

  1. ... Johnny Hide, el de ojillos vivarachos y la sonrisa permanente, menudo y bondadoso que había dejado a su esposa e hijos por seguir a la estrella que crecía imparable, era un buen hombre. La profesión le quería y el día de su muerte todos se pusieron al lado de su familia legal.
    Los comentarios burlones de Marilyn sobre Johnny fueron recordados de forma amarga y sacados de contexto, y sus relaciones paralelas con otros hombres, ahora alardeaban de haber enamorado, aunque hubiese sido un par de noches, a la rubia curvilínea.

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