lunes, 15 de noviembre de 2021

Juego con fuego

El hecho estaba allí, muy cerca de él,
pero no supo verlo,
pegado a su persona como un traje,
placentera ignorancia.
Le hizo señas de que algo iba a pasar,
cargó el arma, apuntó
y su carne quedó
a siglos de distancia de su alma.
El fulgor de lo heroico
es una luminaria muy extraña;
prende fuego a la lenta
mecha de lo posible
con la imaginación.

1 comentario:

  1. ... no puede volver a pasar un rato tranquilo con Hal Scheffer ni con Sheila Stewart, por lo que se muda provisionalmente a un bungalow del hotel Beverly Hills y luego a los apartamentos Voltaire. Es inútil. Ya no tiene derecho a una vida privada, la prensa la busca y acosa en una ciudad donde es difícil gozar de privacidad si no se posee una casa aislada.
    Decepcionada, presa de nuevo de una profunda depresión, se traslada a Nueva York con el propósito de perderse en el anonimato de la gran ciudad, olvidar sus penas en las delicias del vermuth (cuyos placeres acaba de descubrir) y crear definitivamente su soñada productora con Milton Greene.

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