domingo, 10 de enero de 2021

Intentando evitar lo inevitable

¿Ésta es la tierra?
Entonces no le pertenezco.
¿Quién eres tú en la ventana iluminada, 
ensombrecida por las hojas inestables del árbol pasajero?
¿Lograrás sobrevivir donde yo no he de durar
más allá del primer verano?
Toda la noche las tenues ramas del árbol
alternan y susurran en la ventana luminosa.
Explícame mi vida, tú, que no muestras signo alguno,
aunque te invoque de noche:
no soy como tú, tengo por voz
solamente mi cuerpo; no puedo
desvanecerme en el silencio.
Y en las frías mañanas,
sobre la obscura superficie de la tierra
flotan los ecos de mi voz,
blancura que lo obscuro absorbe siempre
como si hicieras una señal después de todo,
para convencerme de que tampoco tú podrías
sobrevivir aquí, o mostrarme
que no eres tú la luz que yo invoqué
sino la obscuridad que había detrás de ella.


1 comentario:

  1. ... el columnista Earl Wilson se la recordó años después, en 1955:
    - ¿Es verdad que para irte a la cama solo te pones Chanel nº 5?
    - Me gusta ponerme cosas diferentes de vez en cuando. A veces me pongo Arpège.
    Así era la Maarilyn con quien Joe DiMaggio se había casado. La Marilyn que diría de Truman Capote: "Me gusta bailar desnuda delante del espejo y ver cómo saltan mis tetitas".

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