viernes, 25 de noviembre de 2016

Arroja tu pan sobre la superficie del agua (Eclesiastés 11:1)

He visto, por mis sueños inventados,
otro distinto ser, de ese diario
cuerpo que va curvando su cansancio....
Sé que ya no repara en otros habitantes,
sino que ciegamente sigue el peregrinar
que crece de sus piernas, y se muda
en el cuévano indómito del hondo corazón.
Quisiera poseerte sobre una tiniebla,
oh realidad mudable, y allí bastarme siempre
de lo que así acontece, para poder decir:
qué patria; cuál mi casa; qué amistad es la perenne,
y no andar transformándome cada vez que se inmola
la vida en tu cortejo.

1 comentario:

  1. Mi Biblia me ha proporcionado el título del texto; no creo que tengan nada de nada en común, ya que soy pagana de profesión, pero lo tenía en la punta ... del coño la Bernarda.

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