Está el subastador de los adioses que grita desde lo alto de la cruz: "¡A la una, a las dos, adjudicado!", y da un golpe de mazo.
Sólo páramos vende.
Y los precios de la desesperanza solamente varían de un corazón a otro, nada más.
El siempre está compuesto por ahoras, no es un tiempo distinto, excepto por las cosas infinitas y el ancho de la casa.
De lo vivido aquí quitas sólo las fechas, que los meses se disuelven en meses que vendrán, y los años se pierdan en los años.
Sin examen ni pausa,
sin conmemoraciones,
no serían distintos nuestros años del año del señor.
Sólo páramos vende.
Y los precios de la desesperanza solamente varían de un corazón a otro, nada más.
El siempre está compuesto por ahoras, no es un tiempo distinto, excepto por las cosas infinitas y el ancho de la casa.
De lo vivido aquí quitas sólo las fechas, que los meses se disuelven en meses que vendrán, y los años se pierdan en los años.
Sin examen ni pausa,
sin conmemoraciones,
no serían distintos nuestros años del año del señor.
... Marilyn contaba de antemano con la oposición del rencoroso Zanuck, que no creía en absoluto en la tonta rubia (que tanto dinero estaba dando a la productora) fuese capaz de cantar y bailar con soltura. Pero a sus oídos llego que había cantado ante 10.000 marines concentrados en Camp Pendleton, despertando un entusiasmo indescriptible.
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