Cañones desde la mar nos disparan: el humo se mece corpóreo en la casamata y asciende un aullido de muerte.
Contamos y bendecimos cada nueva conmoción... prisioneros que guardan su rescate.
Ángel que nos visitas con el cabello en llamas, tú que en sueños nos tranquilizabas cada noche donde yacíamos encadenados ... ríete de nosotros al despertar, los rostros tan tensos de esperanza que las lágrimas corren.
Contamos y bendecimos cada nueva conmoción... prisioneros que guardan su rescate.
Ángel que nos visitas con el cabello en llamas, tú que en sueños nos tranquilizabas cada noche donde yacíamos encadenados ... ríete de nosotros al despertar, los rostros tan tensos de esperanza que las lágrimas corren.