Respiración de las estatuas: música.
Quizás: silencio de los cuadros.
Tú, lenguaje en que terminan los lenguajes.
Tú, tiempo vertical,
perpendicular a la línea de corazones en fuga.
¿Sentimientos hacia quién?
¿Mudanza del sentimiento en qué?
Es un paisaje audible.
Oh, tú, extranjera, música.
Espacio del corazón crecido más allá de nosotros.
Tú: el más profundo nuestro
que nos supera, que rebosa de nosotros.
Sagrado adiós:
pues en el interior quien nos circunda
cual la más frecuentada lontananza,
como otra vertiente del aire,
pura,
inmensa,
nunca más habitable.
... en esta ocasión fue aún más difícil, hasta el extremo que su estado le obligó a refugiarse en el alcohol. Comenzó a beber a escondidas en su camerino, un hábito que ya no abandonaría nunca. A pesar de todo, en la pantalla lució bellísima.
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