Como un corazón protegido, la flor rojo sangre de la rosa silvestre se abre en la rama más baja, sostenida por la enmarañada masa de un enorme arbusto: florece contra la obscuridad que es el fondo constante del corazón, mientras las flores mas altas se pudren, se marchitan; sobrevivir a la adversidad solamente acrecienta su color.
Pero tú no lo crees, piensas que si éste fuera un jardín real y no un poema ... entonces la rosa roja no tendría por qué parecerse a nada
... ni a otra flor
... ni al corazón ensombrecido
que late a ras de tierra, mitad marrón ... mitad carmesí.
Pero tú no lo crees, piensas que si éste fuera un jardín real y no un poema ... entonces la rosa roja no tendría por qué parecerse a nada
... ni a otra flor
... ni al corazón ensombrecido
que late a ras de tierra, mitad marrón ... mitad carmesí.
Sobrevivir ... todo un logro pocas veces conseguido me susurra Norma Jean.
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