Yo estaba sana, y la tierra me daba los primeros ramilletes de azafrán, tomillo y trigo, y bajo el frío de las estrellas aprendí ... pero solo lo nombrable. Y conmigo, desencantando el campo salvaje y triste, se alojó el semidiós, esclavo de Zeus: el hombre derecho.
Ahora estoy sentada sola y quieta, hora tras hora, y mi memoria crea figuras de tierra fresca y nubes de amor ... porque hay veneno entre nosotros; y aguzo el oído por si acaso de lejos me viene un amigo salvador.
Luego ... a mediodía ... oigo muchas veces el carro del tonante, cuando se acerca el más conocido, cuando la casa tiembla por él, y el suelo se purifica, y mi tormento se hace eco.
Oigo luego al salvador de noche ... le oigo liberador que mata, y abajo, llena de exuberante hierba, como en una aparición, veo la tierra ... un poderoso fuego.
Ahora estoy sentada sola y quieta, hora tras hora, y mi memoria crea figuras de tierra fresca y nubes de amor ... porque hay veneno entre nosotros; y aguzo el oído por si acaso de lejos me viene un amigo salvador.
Luego ... a mediodía ... oigo muchas veces el carro del tonante, cuando se acerca el más conocido, cuando la casa tiembla por él, y el suelo se purifica, y mi tormento se hace eco.
Oigo luego al salvador de noche ... le oigo liberador que mata, y abajo, llena de exuberante hierba, como en una aparición, veo la tierra ... un poderoso fuego.
En este mundo se paga por todo, nada es gratis, salvo la gracia de Dios.
ResponderEliminarPorque no existe ......